En el ámbito de la gestión de equipos, el concepto de los equipos de dos pizzas ya es algo conocido. Sin embargo, surge un enfoque innovador que va más allá de estos equipos: el equipo manada de lobos. Mientras que los equipos de dos pizzas constan de entre 3 y 7 miembros responsables de todos los aspectos del equipo, el equipo manada de lobos lleva las expectativas un paso más allá.

Un equipo manada de lobos, conformado por 2 a 10 miembros, se caracteriza por su dinamismo. A diferencia de los equipos de dos pizzas, en los que la naturaleza del equipo es estática, el equipo manada de lobos es capaz de adaptarse a los cambios de manera efectiva. Nuevos integrantes se unen a medida que los más experimentados se van, y el liderazgo se transmite a lo largo del equipo, reconociendo los diferentes niveles de experiencia.

Este enfoque permite anticipar la sucesión de líderes dentro del equipo, preparando a los miembros más jóvenes para asumir roles de mayor responsabilidad en el futuro. La planificación de la sucesión es fundamental para el éxito a largo plazo de cualquier equipo, ya que asegura que la organización pueda adaptarse a los inevitables cambios y evoluciones.

La filosofía del equipo manada de lobos se alinea con la noción de que el valor duradero de un líder se mide por su capacidad para garantizar la continuidad y el desarrollo del equipo tras su partida. Esto implica una intencionalidad en la transmisión de conocimientos y responsabilidades, así como en la identificación y preparación de futuros líderes dentro de la manada.

Al reconocer que los líderes eventualmente abandonarán el equipo, se establece un enfoque proactivo que fomenta el crecimiento individual y colectivo. El líder se convierte en un mentor que no solo se enfoca en sus propias responsabilidades, sino que también se preocupa por el desarrollo y la preparación de las generaciones futuras de la manada.

La idea fundamental detrás del equipo manada de lobos es criar y formar a los integrantes del equipo para enfrentar los desafíos futuros con éxito. Al priorizar la formación y el crecimiento de los miembros, se crea una cultura organizativa sólida y preparada para los cambios constantes del entorno empresarial.

En resumen, si bien los equipos de dos pizzas marcan un buen comienzo en la gestión de equipos ágiles, el enfoque en el equipo manada de lobos nos invita a reflexionar sobre el liderazgo efectivo, el crecimiento del equipo y las responsabilidades individuales de una manera más integral y sostenible en el tiempo. Planificar la sucesión, preparar a los futuros líderes y reconocer la importancia del cambio y la evolución son aspectos clave para construir equipos fuertes y adaptativos.

Source: Medium