En el mundo empresarial, a menudo se confunden los roles de emprendedores y CEO. Como menciona el autor del artículo, todos sueñan con ser el próximo Zuckerberg o Steve Jobs, creando la próxima Uber de todo. Sin embargo, la realidad es que los emprendedores exitosos que también ocupan el puesto de CEO son muy raros.
Es importante entender que la figura del fundador, usualmente enamorado de su idea, puede creer que solo él puede llevar a su startup al éxito. Sin embargo, a medida que la empresa crece, las habilidades necesarias para dirigirla van cambiando. Es común que los emprendedores sean sobreconfiados y algo ingenuos sobre los problemas futuros.
La pasión y la capacidad de inspirar personas que tienen los emprendedores no son suficientes para garantizar el éxito de un negocio. Es fundamental rodearse de las personas indicadas, aquellas que comprenden el mercado, el negocio y comparten la visión del fundador.
Si bien es válido que el fundador ocupe el cargo de CEO en su empresa, es esencial tener la entereza de tomar decisiones difíciles de acuerdo a las necesidades y metas de la compañía, alejándose de la visión romántica sobre la idea original. La clave del éxito radica en ser práctico.
En mi opinión, los emprendedores deben explorar sus propias fortalezas y contratar personas donde les falte experiencia. Contratar a un CEO que pueda dirigir mejor el negocio que tú, te permitirá enfocarte en la creación del producto, la cultura y los valores de la empresa que siempre has deseado construir. No puedes hacerlo todo, y dejar que alguien más se encargue de ciertas tareas puede potenciar aspectos más vitales para el éxito de tu startup.
En resumen, el dilema del fundador entre ser un emprendedor o un CEO debe abordarse con realismo y pragmatismo. No se trata de renunciar a tus sueños, sino de rodearte de un equipo sólido que complemente tus habilidades y te ayude a alcanzar el éxito empresarial.
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Source: Medium