Querida yo del futuro, Anahata a los 46 años,

Te escribo esta carta a ti misma porque he comprendido que solo tienes una vida como tú. Después de esto, no sabes qué pasará, pero tu fe en la reencarnación o en el cielo o el infierno es irrelevante y no es excusa para moldear esta vida. No sabes qué sucederá cuando mueras, entonces ¿cómo quieres vivir esta vida?

Cuando era pequeña, me sentía atraída por las personas… siempre curiosa por lo que alguien estaba pensando, lo que buscaba, qué llevaba a un anciano con una mochila rota a montar en autobús todas las mañanas, ¿iba a trabajar, en qué consistía la vida de ese hombre? Cada humano que veía provocaba asombro en mi ser, respirar su vida. A medida que crecía (lo cual sucede de forma natural, sin elección consciente propia), me vi siguiendo la corriente… solo que no sabía a dónde iba, pero porque mis compañeros peces nadaban y no quería sentirme excluida, nadaba. Me llevó a un punto de adormecimiento donde pensé, “¿es esto a lo que se reduce mi vida?” ¿Realmente solo hago cosas y llego a algún sitio? ¿Qué es lo que quiero hacer… me di cuenta de que no tenía ni idea y eso me asustó muchísimo.

Es curioso cómo el reconocimiento de la falta de claridad me proporcionó tanta claridad. Para resumir la larga historia, me rebelé, busqué, leí, exploré, actué, enseñé y, según el destino tendría, acabé con humanos, esa única especie por la que parecía estar tan intrigada de niña. Solo que esta vez, me adentré tanto en su interior que despertó en mí los poderes incomprensibles que existen dentro de cada ser humano. Siento que la mayoría de las personas caen en la rutina, es automático. Algunos se rebelan, otros se conforman. Yo hice ambas cosas. Pero cualquiera de las dos está en relación con la sociedad, algo externo a mí y sobre lo que tengo poco control. Oh, hay otra opción, algunos se hacen la pregunta a sí mismos: “¿De qué quiero que trate mi vida?”

Escribo esto a los 26, ahora estoy segura de que quiero dedicar mi vida al servicio de ese poder incomprensible. La única cosa es que tengo que despertar cada mañana y distinguirlo por mí misma. Nadie más puede hacerlo por mí. Creo que cada persona tiene derecho a crear su vida y cuando pueden hacer que su cerebro sea su esclavo, y no al revés, son invencibles. Cuando uno entiende que son ellos, y solo ellos, los responsables de sus vidas; que necesitan perdonar para abrir su mente y patrones, aceptar la totalidad de ser ellos mismos y tener gratitud por el hecho de estar aquí y vivir esto, son libres. De su propia jaula. Por esa posibilidad, soy Educadora de Diseño Humano y Directora General en Victor Manickam Knowledge Group.

Cuando leas esto a los 46 años, tendrás dos hijos hermosos que acabarán por resentirse y amarte (es algo humano, no te preocupes). Tendrás un esposo que está tan enamorado de ti como siempre, que te desafía cada día a crear. Los dos compartirán mucho este trabajo, cada uno a su manera. Les cocinarás comidas todos los domingos. Habrás creado una Editorial para cada historia auténtica y cruda de un ser humano. Habrás escrito 4 libros para adolescentes enamorados. Habrás ganado suficiente dinero para durar toda una vida y más. Vivirás junto al mar. La compañía estará en 40 países. Estarás en la lista Forbes 40 menores de 40. Tus padres biológicos sabrán que los amas. Tus suegros sabrán que te preocupas por ellos. Tus mentores estarán orgullosos de ti. Tu hermano será tu mejor amigo. Tu familia de VMKG confiará en ti. Tu sucesión estará lista.

Con cariño, tu yo del pasado que te desea un futuro lleno de realizaciones y amor.

Source: Medium