Los directores de tecnología de la información (CIOs, por sus siglas en inglés) se enfrentan a una elección fundamental: ¿deben seguir el camino de actualización de los proveedores o es hora de considerar otras opciones? No es una pregunta sencilla, ya que los desafíos a los que se enfrentan estos CIOs hoy en día son sin precedentes.
Las empresas han sufrido las consecuencias de la prisa por “mantenerse al día” en el pasado, pero saben que necesitan invertir en transformaciones digitales y análisis para mejorar la experiencia del cliente y competir de manera más inteligente. Al mismo tiempo, el 89% de sus presupuestos de TI se destinan a operaciones en curso. ¿Cómo llegaron las organizaciones a esta situación?
En la década de 1990 y principios de los años 2000, cuando la mayoría de los clientes de ERP comenzaron sus proyectos, optaron por actualizar continuamente su software ERP. No importaba con qué versión comenzaran, a menudo gastaban millones de dólares para implementar sus sistemas ERP. A lo largo del camino, los grandes proveedores de software escucharon a sus clientes y crearon mejoras reales que brindaron un valor real.
Pero con el tiempo, a medida que el software se volvió más maduro, las mejoras reales que brindaban un valor real se redujeron considerablemente, lo que llevó a que la calidad del soporte disminuyera para muchos clientes. Para empeorar las cosas, algunos proveedores de ERP aumentaron las tarifas de mantenimiento y muchos clientes se rebelaron.
En este período de tiempo, la gran mayoría de los usuarios de ERP crearon personalizaciones e integraciones para obtener una ventaja competitiva. Según datos de casos reales, el 65% de los problemas de los clientes están relacionados con el código personalizado, no con el software base. Estos grandes proveedores de software no brindan soporte para el código personalizado, y algunos CIOs afirman que la mera existencia de código personalizado le da a su proveedor de ERP una excusa para evitar brindar soporte.
El software no se desgasta, entonces ¿qué hace que se rompa? Una vez que se descubren la gran mayoría de los errores en la nueva versión del software, digamos en 2 o 3 años después de su disponibilidad general, ¿qué hace que se rompa? Dos cosas:
En primer lugar, la falta de soporte y actualizaciones por parte de los proveedores puede llevar a problemas de rendimiento y seguridad. Sin las mejoras necesarias, el software puede volverse obsoleto y vulnerable a ataques cibernéticos.
En segundo lugar, las personalizaciones y modificaciones realizadas por los usuarios pueden generar conflictos y errores en el sistema. Estas modificaciones pueden no ser compatibles con las actualizaciones del proveedor, lo que lleva a problemas de funcionamiento y dificultades para recibir soporte técnico.
En conclusión, los CIOs se enfrentan a un dilema importante. Por un lado, necesitan invertir en actualizaciones y transformaciones digitales para mantenerse competitivos en el mercado actual. Por otro lado, deben considerar cuidadosamente las implicaciones y los riesgos de seguir el camino de actualización de los proveedores. La elección no es fácil, pero es fundamental para el éxito a largo plazo de las empresas.