En la búsqueda del éxito y el emprendimiento, a menudo se escucha el refrán de que “un amigo en la necesidad es un amigo de verdad”. Sin embargo, no fue hasta que me vi enfrentando la falta de vivienda que la cruda verdad de este dicho me golpeó como toneladas de ladrillos. En esos tiempos difíciles, los amigos en los que confiaba parecían desvanecerse en el aire, dejándome lidiar con la dura realidad de que los verdaderos amigos son realmente una rareza.

Como emprendedor, había disfrutado de los momentos de éxito, deleitándome con la emoción de los logros y hitos alcanzados. Durante esos tiempos, mi círculo de amigos parecía vasto y acogedor, compartiendo en las celebraciones y disfrutando del aura de prosperidad. Sin embargo, fue cuando la marea se volvió en mi contra que me di cuenta de la fragilidad de esas conexiones.

La falta de vivienda puede ser una prueba profunda de las relaciones de uno. Es una situación que despoja la apariencia de éxito, dejándote expuesto y vulnerable. De repente, aquellos que estaban dispuestos a participar en el brillo y el glamour no se encontraban por ningún lado. Las llamadas no eran contestadas, los mensajes quedaban sin leer y las invitaciones de ayuda eran recibidas con un silencio ensordecedor. Fue un tiempo de inmensa desesperación y soledad.

No obstante, en medio de la desolación, unos pocos valiosos dieron un paso al frente – los verdaderos amigos. Ellos fueron los que ofrecieron una mano amiga sin dudarlo, los que estuvieron a mi lado cuando no tenía nada material que ofrecer a cambio. Ellos fueron los que no se apartaron de mis luchas, sino que las abrazaron con empatía y apoyo.

Estos amigos genuinos, que permanecieron firmes durante mis horas más oscuras, eran apenas un puñado. Y por más doloroso que fuera darse cuenta, la gran mayoría de mi círculo social se había esfumado cuando cambiaron mis circunstancias. Esta revelación fue una píldora amarga de tragar, destacando la naturaleza superficial de muchas relaciones que una vez parecían sólidas.

Entonces, ¿por qué son tan pocos estos verdaderos amigos? La respuesta, con perspectiva, es simple pero profunda. En el mundo del emprendimiento, el éxito actúa muchas veces como un imán, atrayendo a una multitud de personas que desean brillar con su resplandor. Sin embargo, cuando ese brillo desaparece y la adversidad golpea, muchas de esas conexiones se disipan, revelando su naturaleza transaccional.

Las amistades verdaderas, en cambio, se forjan en el crisol del cuidado genuino y la empatía. Resistir las pruebas y tribulaciones, prosperando en el respeto mutuo y el apoyo, independientemente del estatus o posesiones actuales. Estos amigos son raros porque requieren más que simples intereses compartidos o beneficios; exigen una conexión más profunda y significativa.

Como emprendedor que ha experimentado las altas y bajas de la vida, he llegado a apreciar el significado invaluable de esas amistades genuinas. Son un salvavidas durante los tiempos turbulentos, brindando consuelo, aliento y un sentido de pertenencia que el dinero o el éxito no pueden comprar.

En conclusión, mi viaje a través de la falta de vivienda iluminó una realidad cruda sobre las amistades en el mundo del emprendimiento. Si bien los números pueden ser pequeños, esos pocos amigos verdaderos que permanecen a tu lado en las buenas y en las malas valen su peso en oro. Son los que redefinen el significado de la amistad, demostrando que en las horas más oscuras, su apoyo inquebrantable brilla con más intensidad.

Recuerda, el éxito puede atraer a muchos, pero es la adversidad la que revela a los pocos verdaderos amigos que realmente importan.

Source: Medium