El término “ambivertido” puede sonar algo nuevo para muchos, pero ¿qué significa ser ambivertido? Este artículo nos sumerge en las complejidades de la personalidad de quienes se sitúan en el punto medio entre la introversión y la extroversión.
En la sociedad actual se tiende a etiquetar a las personas como introvertidas o extrovertidas, asumiendo que alguien debe encajar en una categoría u otra. Sin embargo, la realidad es que la personalidad abarca un amplio espectro, y muchas veces nos encontramos en una zona intermedia: los ambivertidos.
Ambivertido es un término utilizado para describir a aquellos que poseen características tanto de introvertidos como de extrovertidos. Estas personas pueden adaptarse a diferentes situaciones y entornos, ya sea disfrutando de la soledad para recargar energías o buscando la interacción social para sentirse plenos. ¿Suena ideal, verdad?
Sin embargo, ser ambivertido no es tan sencillo como parece. A diferencia de los introvertidos y extrovertidos, los ambivertidos pueden experimentar dificultades al tener que equilibrar sus necesidades de soledad y socialización. Están más expuestos al agotamiento debido a la necesidad de satisfacer ambos aspectos de su personalidad, lo cual puede generar estrés, mal humor e impactar tanto en su vida personal como profesional.
El reconocido Dr. Karl Moore destaca que los ambivertidos deben ser más conscientes y proactivos en la gestión de sus fortalezas. Mientras que los introvertidos y extrovertidos suelen actuar de forma más natural según sus características dominantes, los ambivertidos necesitan esforzarse más para aprovechar al máximo sus habilidades, siendo más deliberados en sus acciones y decisiones.
Es importante entender que la clasificación en términos de introversión o extroversión no es definitiva, y que muchos de nosotros podemos identificarnos con cualidades de ambos extremos. Reconocer la dualidad de ser ambivertido puede ser revelador y abrir nuevas posibilidades para comprender nuestras propias necesidades y las de los demás.
En última instancia, comprender las tendencias de los introvertidos, extrovertidos y ambivertidos puede tener un impacto significativo en nuestras relaciones interpersonales. Al adoptar esta perspectiva, podemos mejorar nuestra capacidad para relacionarnos con individuos de todas las personalidades, al reconocer y satisfacer sus necesidades de manera más efectiva. Del mismo modo, aprender a identificar nuestras propias necesidades es esencial para nuestro bienestar emocional y social.
En resumen, ser ambivertido implica abrazar la complejidad de nuestra personalidad y aceptar que nuestras necesidades y preferencias pueden variar según el contexto y el momento. En un mundo donde la diversidad de personalidades es la norma, ser ambivertido nos ofrece la flexibilidad y la versatilidad para adaptarnos a diferentes situaciones, potenciando así nuestras relaciones interpersonales y nuestro crecimiento personal.
Source: Medium